Valencia sigue siendo la gran desconocida tanto para el viajero que la vista como para el propio ciudadano que la habita, por eso la Revista Nova Dimensiò y la Agencia Nuevas Dimensiones, nuevamente se han unido para ofrecer esas aristas que apenas son conocidas como sucede con:
"Los baños del almirante"
Recordemos que estos “baños públicos” mantuvieron su actividad, casi de manera interrumpida y con diversos usos y modificaciones, desde el siglo XIV (1313) hasta mediados del siglo XX (1959), que dejaron de ser utilizados por los valencianos como casa de baño y pasaron a albergar un gimnasio.
“Los baños del Almirante” siempre se habían considerado como unos baños árabes, pero, recientes investigaciones vienen demostrado que eran unos baños públicos de época cristiana medieval, concretamente del siglo XIV. Existe un documento de 1313 en el cual el rey de Aragón Jaime II concede al caballero Pere de Vilarasa, miembro del Consejo Real, permiso para construir unos baños públicos en las propiedades que posee en la parroquia de Santo Tomás.
Pere de Vilarasa parece ser también el constructor de la primera edificación del contiguo “Palacio del Almirante”; esta suposición viene reforzada porque en el artesonado del palacio apareció el cuadro de armas de los Vila-Rasa.
Sobre el año 1870 y dado que se iba a utilizar como baño público, se quiso dotar al edificio de un cierto gusto “árabe”, a modo de “hammam”, y se construye el arco poli lobulado de la fachada y se colocan azulejos de estilo “árabe-nazarí” en zócalos del zaguán de entrada.
Después de varios usos, en el inicio del XIX se vuelve a utilizar dentro de las denominada “casas de baño”, establecimientos que cubrían las nuevas concepciones higiénicas que demandaba la sociedad del progreso y la industrialización y fue ampliamente usado por los vecinos de la zona hasta 1959.
En 1986, la Generalitat Valenciana adquirió y restauró el edificio de los baños, así como el inmueble superior, pero esta parte fue derribada en 1988.
Entre 1991 y 1993 se lleva a cabo una campaña de intervención arqueológica y, en 1994, se prepara un proyecto de restauración que permite mostrar cuál era su destino y función originales, favoreciendo su consolidación y puesta en uso como edificio visitable y recuperándolo, además, para el patrimonio arquitectónico valenciano. La superficie total construida es de 383,14 m2
Los baños árabes seguían una disposición similar a las termas romanas aunque su construcción conllevaba una monumentalidad más modesta.
A pesar de ser unos baños cristianos, contenía, y contiene, los diversos elementos clásicos de un “hammam”, y la estructura tiende a un esquema constante que se puede esquematizar en:
- a) La entrada o acceso desde la calle
- b) La sala de estar o al-bayt al-maslah
- La sala del baño propiamente dicho compuesto por:
- c) La sala fría o al-bayt al-barid
- d) La sala templada o al-bayt al-wastanir
- e) La sala caliente o al-bayt al-sajma
a) La entrada al “hammam”
Da a la calle está adecuada como corresponde a un edificio público, está formada por un arco de herradura y por él se accede directamente a un zaguán con muros de azulejo.
Da a la calle está adecuada como corresponde a un edificio público, está formada por un arco de herradura y por él se accede directamente a un zaguán con muros de azulejo.
b) La sala de estar:
Es la sala más espaciosa de los baños, se identifica como el “máslah”. Es ancha, porque ha de poder albergar muchas personas tumbadas, y tenía las funciones de sala de espera; y alta, porque tiene que tener buena aireación y no requiere conservar el vapor, como en las salas siguientes.
Es la sala más espaciosa de los baños, se identifica como el “máslah”. Es ancha, porque ha de poder albergar muchas personas tumbadas, y tenía las funciones de sala de espera; y alta, porque tiene que tener buena aireación y no requiere conservar el vapor, como en las salas siguientes.
Los baños eran para hombres y mujeres, dedicándose unos días para los hombres y otros para las mujeres. Los hombres solían acudir solos a los baños mientras que las mujeres se hacían acompañar por algún familiar.
Es bien conocido que los cristianos de la España medieval se bañaban, si no tanto por necesidades rituales o litúrgicas como acaece en el mundo musulmán y judío, sí por higiene.
La vida de algunas ciudades medievales españolas propiciaba que se dieran curiosas situaciones en las que las tres religiones existentes acudieran al mismo baño en diferentes días y según una reglamentación estipulada, que manifiesta bien a las claras la convivencia social de diferentes grupos étnicos y religiosos medievales.
La sala de baño se compone de tres estancias rectangulares abovedadas y paralelas entre sí; tienen lucernas u óculos, con forma de estrella de ocho puntas, que comunican los baños con el exterior para permitir el paso de luz natural y evitar las condensaciones del vapor de agua y son iguales a las de los baños del Palacio de la Alhambra de Granada.
Normalmente estas aberturas estaban cubiertas por piezas de vidrio que solían estar policromadas con colores. Estas piezas de vidrio estaban colocadas de tal manera que permitían la entrada de luz y aire, pero impedía la salida del calor y del vapor.
Las formas curvas de estos “techos”, ayudaban a que el vapor que condensara y no cayera en forma de goterones al suelo sino que las gotas escurriesen lentamente por las paredes hasta llegar al suelo.
Las tres salas eran las destinadas a proporcionar diferentes temperaturas al cuerpo con el fin de hacerlo sudar, activar la circulación sanguínea, eliminar toxinas y tonificar el cuerpo.
c) Sala de agua fría
Llamada “al-bayt al-baryt”, equivalente al “frigidarium” romano.
Llamada “al-bayt al-baryt”, equivalente al “frigidarium” romano.
Esta sala primera, dentro del conjunto de la parte del “hammam”, está construida con gruesos muros para aguantar el calor y la humedad, y en todos los baños suele ser la más estrecha.
En esta sala el usuario recogía el agua fría necesaria para la higiene.
Disponía de dos pequeñas habitaciones, una que era utilizada como almacén de los productos necesarios para el baño (jabón, toallas, cubos etc.) y otra dedicada a letrinas, la cual consistía en una caja de madera que vertía directamente a una acequia de agua.
Se trata de una sala rectangular en cuyos extremos encontramos una pequeña estancia a cada lado, separadas por una pequeña columna que forma dos arcos de medio punto. En esta sala hay restos del pavimento original del edificio
d) Sala templada
Llamada ”al-bayt al-wastanir”, equivalente al “tepidarium” romano.
Llamada ”al-bayt al-wastanir”, equivalente al “tepidarium” romano.
Es la sala principal de cualquier baño, y ocupa el centro de las instalaciones. Es también la estancia más grande. Es aquí donde más tiempo suele estar la gente, mucho más que en la sala primera, fría y con malos olores, y que en la sala caliente, donde es difícil resistir mucho tiempo.
En esta sala se enjabonaban, se limpiaban y se procedía al acicalamiento. En esta sala se mezclaba el agua fría y caliente.
Aquí se tumban los bañistas y suelen recibir los masajes y frotes de limpieza por parte del personal especializado del “hammam” o de parientes o amigos que les acompañan (de hecho, no parece que hay masajistas femeninas, porque lo hacen las mujeres familiares o vecinas entre ellas).
En resumen, en esta sala se descansaba, se bebía o se daban los últimos retoques de maquillaje o peinado
A ambos lados hay dos pequeñas estancias, esta vez separadas por dos columnas a cada lado, que forman tres arcos de medio punto. En esta sala podemos comprobar como las columnas de separación son de distintos materiales, por lo que se aprecia que son materiales reaprovechados de antiguas construcciones lo que sugiere qué el destino de estos baños era para gente humilde.
Por su amplitud, el espacio central se cubre con cúpula octogonal apoyada en trompas, mientras que los laterales lo hacen con bóvedas de cañón con lucernas estrelladas.
e) Sala caliente
Llamada “al-bayt al-sajma” y cumplía una función similar al “caldarium” romano
Llamada “al-bayt al-sajma” y cumplía una función similar al “caldarium” romano
La sala caliente es la más interior del baño y por eso se la conoce así, "interior, íntimo", en árabe.
En esta estancia la temperatura era muy alta y en el ambiente se respiraba el vapor, el cual se conseguía tirando agua fría sobre el suelo, ya que por debajo de este existía una galería por la que se hacía circular aire caliente. En la sala encontramos una pila para recoger el agua caliente.
El proceso del baño era sencillo; una vez se ha desnudado en el vestíbulo, va acostumbrándose a una atmósfera progresivamente más caliente y húmeda a través de las sucesivas salas, hasta llegar a la caliente donde se produce un intenso proceso de exudación y hidratación de la piel, tras el cual el bañista se acomoda en la sala central o tibia para ir terminando el proceso.
Junto a la sala de agua caliente existía un horno y una caldera para calentar el agua que circulaba bajo el suelo.
Dirección:
Horarios:
- De martes a domingo, de 11:00 a 14:00 horas.
Tarifas / Precios de las entradas:
- Normal: 2 €.
Reducida: 1 €