sábado, 18 de octubre de 2014

Con pluma ajena: El tenor y el mariachi por Orfeo Suárez(El Mundo)

 Hemos escogido la crónica de nuestro compañero Orfeo Suárez de El Mundo donde destacamos su gran acierto narrativo. Enhorabuena. Aquí tenéis los detalles más interesantes

El tenor y el mariachi

*Cristiano suma dos tantos más ante un Levante despersonalizado, después de que Chicharito abra el partido, al provocar un penalti y marcar un gol 

 Para esto llegó Chicharito. Para ser titular cuando no está el titular y para aumentar las expectativas de gol en un equipo con un tremendo caudal ofensivo. Al mexicano le exigirán más cosas, claro, y habrá quien después de la tarde de horchata y 'fartons' que se encontró el Madrid en el Ciutat de Valencia, piense lo mismo que el mozo de espadas de Rafael el Gallo ("esos cojones, en Despeñaperros"). Pero lo cierto es que nunca está claro dónde un grande puede despeñarse, ya que muchas veces lo hacen en el llano. Chicharito espantó cualquier duda, al provocar el penalti y lograr el tanto que marcaran las distancias sobre las que se gustaron Cristiano, James e Isco. Si quedaba alguna, la despejó un Levante que no se parece en nada a lo que fue. Lo dicho, de horchata.

El desmarque de Chicharito hizo que Juanfran lo tumbara en el área. ...
La acción del mexicano mostró la vocación con la que entró en el césped, participativo, con mucha movilidad. Por muy claro que sea su rol, el gol tiene razones poderosas, esas que tantas veces se niega a Benzema, ausente por un proceso gripal. De la misma forma, en movimiento, cazó Chicharito el centro de James, poco antes del descanso, y dejar prácticamente la sentencia escrita antes del descanso. Al Madrid, más metido en temporada, ya no le pasan las cosas de antes.

Un Levante denaturalizado

En el Ciutat de Valencia, además, tenía un rival que ha perdido las constantes mostradas desde que regresó a Primera y salió del concurso de acreedores. Urge que las recupere. De lo contrario, será un candidato al descenso. José Luis Mendilibar las conoce, es un entrenador acreditado, pero algo se ha perdido en este equipo que antes llevaba a los grandes a la desesperación. Es el pulso. Ni siquiera el Madrid, sin Varane o Sergio Ramos, y con Nacho como central, necesitó realizar un buen trabajo defensivo. No lo hizo, de hecho. Marcelo o el propio Nacho tuvieron despistes aunque sin consecuencias por la nula definición de los atacantes locales. Cuando Barral saltó del banquillo, ya eran cuatro los tantos encajados por su equipo. Extraño.
Las sensaciones de invulnerabilidad fueron tan grandes que el Madrid bajó las revoluciones, economizó energías y aceleró cuando quiso para sumar en el marcador. Cristiano, James e Isco lograron tres tantos más, aunque ninguno con un prólogo como el del portugués, que eliminó dos defensas en la diagonal previa al disparo como si fueran puertas de esquí en un eslalon. Un prodigio. Con sus dos tantos en el encuentro, suma 15 en ocho jornadas de Liga, un arranque sin precedentes. Es el tenor al que el mariachi dio el tono justo.
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