El dilema del japones Tatsue con su abuela y/o su descendencia (s.XIX)
“La balada de Narayama” (Narayama bushikô) de Shôhei Imamura, 1983, dración, 130’
Dirección y guión:
Shôhei Imamura, a partir de la novela de Shichirô Fukazawa
Música:
Shinichirô Ikebe
Fotografía:
Hiroshi Kanazawa, Shigeru Komatsubara, Masao Tochizawa
Intérpretes:
Ken Ogata, Sumiko Sakamoto, Tonpei Hidari, Aki Takejô, Shôichi Ozawa, Fujio Tokita
ARGUMENTO
En un sencillo pueblo rural del Japón del siglo XIX, Orín, la abuela y más anciana de la casa del árbol, es decir, de la casa de la familia que dirige Tatsue
(primogénito de ella), va a cumplir los setenta y está en perfecto
estado. Pero para despejar camino, pues se trata de una sociedad donde
se sobrevive por subsistencia muy apurada, y ayudar de algún modo a su
familia decide ir arrancándose ella misma los dientes; ya que según la
creencia, los viejos que ya no tienen dientes han de ser dejados en la
cima del monte Narayama, pues así lo desea el Dios de la montaña. A Tatsue no le queda otra que, al final, trasladar a su madre al monte, donde debe retirarse para morir. El dilema que se le plantea a Orín es que si no se va, Kesaian -o Tatsue- no podrán tener otro hijo, otra mano fuerte de ayuda en el campo, y la posible complicación de la sucesión hereditaria.
La anciana Orin tuvo suerte: el día que ascendió al Narayama para completar su existencia, comenzó a nevar...
Cannes: Palma de Oro en el año 1983
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