Valencia sigue siendo la gran desconocida tanto para el viajero que la vista como para el propio ciudadano que la habita, por eso la Revista Nova Dimensiò y la Agencia Nuevas Dimensiones, nuevamente se han unido para ofrecer esas aristas que apenas son conocidas como sucede con:
“ La sala Alfons el Magnànim”
Una curiosa, y encantadora, sala de conciertos y actividades en lo que fue capilla de la Beneficencia.
SOLO SE PUEDE VISITAR MEDIANTE AUTORIZACIÓN (DIFÍCIL DE CONSEGUIR) O ASISTIENDO A LOS CONCIERTOS Y ACTOS QUE SE CELEBREN EN ELLA A LO LARGO DE TODO EL AÑO..
En pleno barrio del Carmen de Valencia se encuentra el “Complejo Cultural La Beneficència” en el número 36 de la calle Corona, en un espacio que ha sido utilizado para muy diferentes usos a lo largo de su historia.
En 1520 se edificó un convento para la Orden de los Agustinos. Posteriormente fue ocupado por religiosos Franciscanos, dedicados a la veneración de la “Corona de Espinas de Nuestro Señor”, por lo que se le recuerda con el nombre de “Convento de la Corona” y de donde toma nombre la calle.
En 1841, sobre los restos del convento y el huerto, se levantó la “Casa de la Beneficència” con la finalidad de paliar la gran mendicidad existente en la ciudad originada por la crisis de la industria sedera, y donde se socorría y preparaba para el mundo laboral a huérfanos y mendigos; este uso nos lo recuerdan los patios con preciosos zócalos alicatados similares a los que se usaban en los hospicios de la época. El edificio fue obra del arquitecto Joaquín María Belda.
El proyecto albergaba también la construcción de una iglesia estilo bizantino, estilo que por aquel tiempo era reconocido como el más característico de los “estilos cristianos”, y una escuela, que se inauguró el 8 de diciembre de 1886 y que, según dicen las crónicas del momento, su diseño y funcionamiento modélicos la convirtieron en una de las mejores de España. La escuela estuvo dedicada a la educación de niños hasta 1982.
La Diputación de Valencia emprendió a principios de los 90 la restauración del edificio, con la intención de crear un gran complejo cultural. Nace así la idea del “Centro Cultural La Beneficència”.
Se encargó el proyecto a Rafael Rivera y Mateo Signes, quienes realizaron una profunda remodelación, que fue muy respetuosa con el edificio anterior y los patios se decoraron con azulejería diseñada por la pintora Carmen Calvo.
En el año 1995 se inauguró la restauración completa del edificio convirtiéndose en un centro cultural “La Beneficència”.
Este centro integra el “Museo de Prehistoria de Valencia” y el “Museo Valenciano de Etnología”, pero también alberga una de las más sorprendentes joyas del patrimonio valenciano, se trata de la “Sala Alfons el Magnànim”, que corresponde a lo que en su momento fue la capilla del antiguo centro dedicado a labores de caridad.
Fachada de la iglesia hacia 1900
|
En el proyecto destaca la iglesia, que fue construida entre 1882 y 1883, con un brillante estilo neo-bizantino, y que ocupa la parte central del edificio. De esta época son también las zonas ajardinadas y las dos fuentes del patio principal.
Como decimos, en la parte central del complejo cultural se encuentra uno de los lugares más desconocidos de la ciudad de Valencia, pero que transporta al visitante, que tiene la suerte de acceder a su interior, a una época dorada que nos recuerda a los más fastuosos templos bizantinos de la Edad Media. como Santa Sofía en Estambul o la Catedral de San Marcos en Venecia.
La capilla de impresionante construcción, de soberbia altura, con magníficas tallas; las paredes y techos están cubiertos por mosaicos, vidrieras de colores y pinturas de Antonio Cortina. Contemplarla es de una belleza deslumbrante, con una fastuosa decoración en tonos dorados que nos mantiene aferrados al suelo cual turista en país lejano..
La capilla fue diseñada por el arquitecto Belda en 1883 en estilo “neo-bizantino”, siguiendo la moda historicista de la época (al igual que el neogótico o el neo-mudejar) de imitar estilos arquitectónicos antiguos. Actualmente el edificio se denomina “Sala Alfons el Magnànim” y se utiliza para conciertos de música y otros actos culturales.
...“De planta rectangular, tiene el techo plano sostenido por una armadura metálica y una curiosa cúpula de hierro con vidrieras de colores, mientras que las paredes y el techo se visten con pinturas de Antonio Cortina imitando la estética de los mosaicos, con figuras de ángeles y santos, todo lo cual contribuye a crear una atmósfera de misterio que, adecuadamente iluminada, recordaría, en efecto, el interior de un templo bizantino”.
Este conjunto recuperado por iniciativa de la Diputación Provincial para el patrimonio de valenciano y que esconde esta curiosa sala llamada “Sala Alfons el Magnànim”, guarda todavía los encantos de aquella construcción en sus inicios y todavía maravilla a todo aquel dispuesto a dejar libres sus sentidos.
La idea de utilizar la iglesia como salón de actos, permitió la recuperación de este espacio, en gran estado de deterioro, restaurando suelo, zócalos y decoración.
La desacralización como iglesia y la transformación a su nueva función, también trajo como consecuencia eliminar elementos eclesiásticos, imaginería, púlpitos, lámparas, tabernáculo o altares.
No obstante, pensamos que todo ello, más que la pérdida de un edificio histórico, ha traído como consecuencia la recuperación de un centro multiuso para el que la Diputación procura actividades culturales que se engrandecen cuando se realizan en esta “Sala Alfonso el Magnánimo”.
3. La sala "Alfons el Magnànim”, con una NOVA DIMENSIÒ