Es difícil saber cuanto de verdad y cuanto de mito tienen las historias que nos llegan desde el pasado. La estrella de Belén no es una excepción y se han propuesto varias hipótesis para averiguar si la luz que guió a los sabios de oriente fue en realidad un fenómeno astronómico reseñable. Lo cierto es que cada año por estas fechas, el tema es recurrente y las explicaciones giran en torno a las mismas ideas, que en resumidas cuentas son las que siguen: que fue un cometa, que fue una nova o que se trató de una triple conjunción planetaria entre Júpiter, Saturno y la Tierra.
Como no voy aportar nada nuevo de lo que hay en wikipedia o en otros artículos de personas más entendidas que yo, sólo comentaré que si tuviera que elegir una explicación, sería la conjunción planetaria. Si de verdad hubo un acontecimiento celestial que sirvió para marcar el día del nacimiento de Jesús, debía ser lo suficientemente discreto como para que la gente no entrara en pánico al verlo, pero lo bastante significativo como para que unos señores dedicados a la astronomía, como se supone eran los reyes “magos”, lo tuvieran en cuenta.
Fuera lo que fuera, si es que fue algo, todos los acontecimientos que he mencionado situarían el nacimiento de Cristo, entre el año 7 y el año 5 antes de Cristo, valga la redundancia, según registros históricos. Paradójico cuanto menos.
Los reyes Magos y el mito de la estrella
En cualquier caso, felices reyes y que no os traigan carbón, o sí, y si es así, nos asaremos unas. chuletas. Un saludo.